Ya no era la tristeza que rondaba
Era el amor… el eterno amor
Que me tomaba
Y que en sus brazos
Me arrullaba
Es más, me resucitaba
Y al mismo tiempo
Me dictaba…
Cada silaba
Que aquí plasmaba…
Cada suspirar
Que me inspiraba…
Algo increíble
En mi alma…
El odio se esfumaba
Y sus recuerdos se olvidaban.
No era normal
Para un mortal que soportaba
Y su paciencia lo atropellaba
Era anormal para un poeta
Que el amor le llenaba
Y el verde afloraba
La ley divina de su lado
Siempre estaba
Esos ojos lo embelesaban…
En sus letras se notaba.
De nuevo el amor
Lo transmutaba
Y su espíritu evolucionaba
Escrito estaba.
LBR
“LAPIZ ESCRIBE”
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