Existió
en un pueblo muy lejano un man; no muy tirano; Era hasta bacano; mujeriego con
cabello de catano; Era pleno siglo XXI y aun con un abrazo y letras soñó enamorar
una burguesa; de esas que son todas tiesas; estiradas y sin clemencia; eran
tiempos de destiempo donde el pobre era más pobre y el rico más rico; y para enamorar
ya no era todo un rito; más bien un reto en este caso; del cual ya era hombre
frito: por aquello en que para convencer era un menester; todo un acontecer; ya
eso del príncipe y la princesa, eran cuentos de pacho cuca; ahora era; Pacho te
quedaste sin cuca; muy seguramente porque pacho no tubo para la trucha; cosas
que en un tiempo fue de niños hoy es delito; en fin todo un cuento este cuento
actualizado en donde el príncipe es decir el man cabeza rucio del cuento se quedó
del cuento o mejor del tren; sin la hembra es decir la princesa burguesa aquella
que se fue para el sol que más le pudo convencer en cada amanecer; caliente o
no; este corto cuento el que les cuento; se lo dedico para los niños de un futuro incierto.
LBR
“LAPIZ
ESCRIBE”
Como mujeriego, encasilla usted al actor principal de su cuento, quizá ese es el detonante para que no exista mujer que quiera tener cerca a Pacho, el protagonista. Admiro lo jocosa que su historia es. Me atrevería afirmar que el valor de los estratos y extractos son historia patria.
ResponderEliminarBueno en mi entorno; los estratos y los extractos; aún juegan un papel preponderante para la aceptacion de un vinculo; eso en cuanto a escogencia de hombre; respetable posición de la mujer. gracias por comentar.
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