HABLÁNDOLE A MI OIDO

Yo siempre creí que entre el amor y el odio existía espacio;

En realidad no existe espacio;

Existe la diferencia entre el espacio;

Entre lo que existe;

Lo placido;

Lo agradable;

Y lo indeseado;

Tal vez por eso es intangible;

Y enfermizo las situaciones;

Donde se contemplan tales aberraciones;

Donde por hipocresía se ama y se odia al mismo tiempo;

No quería hablar del odio que se sienta;

Cuando en mi corazón toda malversación de lo inconstante;

No perdura ni se sitúa;

Pudiera producir las más inconstante sensaciones;

Pero mis manifestaciones no van más allá;

De lo que la prudencia no me deja dar.

No soy un crítico de mi propia existencia;

Ni mucho menos de la existencia ajena;

Me valgo de mi mismo para encontrar mis errores

Y del punto de vista ajeno para opiniones;

No deambulo por la vida en pos de triunfo;

Menos de fracasos;

Ando por el mundo en pos de dejar una huella;

Para otro que desee seguir mis pasos;

No concibo la gente que comete estúpidas equivocaciones

Más bien comprendo aquellas que se esfuerzan por lograr;

No caer en medio de opiniones;

De los incumplimientos;

Si es de enojo por diversas condiciones;

Pues de ello se derivan las desmoralizaciones;

Y con ello las distanciaciones;

Pudiera ser rico en muchos aspectos;

Pero uno de los aspectos que menos me interesa,

Es en lo material;

Porque el dinero daña muchas fundamentaciones;

Que de polvo eres y en polvo te convertirás;

Es la más segura de las situaciones;

Perseverar en la vida es reto para quien vive en este planeta;

Pero perdurar en él es un privilegio de unos cuantos señores;

Vivir por vivir no tendría sentido;

Sin mis expresiones dejar salir;

Y menos hoy;

Que no se cuando iré a morir;

Para vivir en las mentes;

Que algún día me inquietaron a mí. 

LBR.

"LAPIZ ESCRIBE"