martes, 7 de julio de 2015

LA HISTORIA DE TRIBILÍN



Como no he de desear
Aquello no se ha de manifestar
Si hasta en sueños 
Mis ansias no me dejan de repicar
Cada instante cada tono de tu tono
Cada color de piel y tu aroma de mujer,
Seducción que ante mí se presentó
Como luciérnaga al amanecer
Con luz propia aunque impropia 
En su entender
Más cuando quisiera ser 
Hasta un animal tal vez 
Un tigre de bengala o un caballo para adorar
O para no sentir su frío andar; 
Es más brillante un loro
Que su protestar es más atendido 
Que el de este truhan;
Versos que desperdiciados están 
Por mi afán por atrapar;
Hoy colapsan otras mentes otro afán.
Cuanto anhelo;
Cuanto yo deseo 
Y cuantas ganas ya me ganan;
Que ya ni los perros me ladran. 
Cuanta selva hasta me rodea;
Que hasta perros, gatos 
Y collarejas me alejan 
Sin entender que a mí Noé no me cautivo.
Invadiendo mi intima intimidad; 
La de mis ojos que ya cansados están.
Lluvias de sentimientos reprimidos 
Perseguirán ese sueño 
Que ya fue realidad en mi oscuridad;
Mente y acto tan demente como en holgazán.
Para mí que soy un tirano del amor 
Y baquiano de la perdición;
Recorrer tu cuerpo no era lo difícil;
Mucho menos hacerte el amor;
Era impregnar y hacer sentir ese sentimiento
Como alcanfor al viento 
Ante una ensordecedora frialdad,
Que a un lado florecía sin nada que aflorar,
Más que la resignación de dejar morir 
Mi triste y melancólica yuca 
En aquel pajal de la inconciencia sin decencia 
De mi atropellado querer estar.
Palidecía cada vez que por ti salía;
Y entre nervios y temblores 
Estaba el relinchar de un tribilin
Envalentonado por surgir. 
Solo su estallar atemorizaba en aquel lugar;
Sospecha era su castidad 
O sencillamente esa atravesada 
y estúpida Maricada de temer a estar.
Como troyano emputecia; 
Como hombre de la rechera me moría;
Como ser un huevón me volvía.
Solo por contemplar un adiós;
Sin un por qué
Mi pobre bicho cabizbajo;
Meditabundo y aburrido 
Se iba a dormir;
Pero que hp…. decía para entre mí;
Pero… Yo al final; 
Si no me iba a dormir; 
Seguía trabajando para vivir;
Deseando descubrir,
Un sinfín de cosas; 
Que al final,
De que me valía escribir y escribir;
Si tribilin no era feliz.
LBR
“LAPIZ ESCRIBE”


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