En la que estamos sumergidos
Cuando en derroche de sensaciones
Al mirarnos emparamados está,
Por el encharcamiento que llevamos dentro
De este enmelotado enamoramiento.
Humedad que reprimida está,
En tiempo, Espacio o tradición
O sencillamente por gloriosa ambición
De abstención en pos de un alma sin voz
Con sabor a cereza, frambuesa o melocotón.
Bendita humedad que por mirar atrás
Y perjuicio social, pena o edad,
Cohíbe la emoción de palpar lo que debes hallar;
Dócil sin temor a los azotes de la pereza
Debe sentir mujer o varón por comunión.
Humedad la que retenemos en el aire
Cuando nos venimos en veloz picada;
Cual pelicanos que al pescar traga
Agua salá, convirtiéndola en agua dulce;
Hidratando así, el encanto de este amor febril.
Alabada sea la humedad porque en nosotros
Aún tan caliente está; palpitante y dando saltos,
En los más fervientes rincones de ti; de mí,
Sin la más leve sequedad, como señal
De que percibimos y morimos por estar.
Humedad que en verde esperanza
En la naturaleza en armonía está,
Como muestra que su existencia
Se mantendrá por ser obra de Dios
Y no resultado de una perversa excitación.
LBR
“LAPIZ ESCRIBE”
Buenísimas esas estrofas que destilan frescor . . .
ResponderEliminarUn alabar a lo que la naturaleza nos da. un abrazo.
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