Eran los sentimientos lo que me importaba;
No el apasionado sexo del que imaginabas.
Era la compañía lo que mi alma anhelaba;
No la diversión por la que me soportabas.
Era el amor el que me inspiraba;
No tu insensibilidad de la que te ufanabas.
Era la gran mujer por la que enamoraba;
No un pasatiempo más a la que follaba.
Eras alegría en tribulaciones de mis últimos días;
Ahora eres el amargo cáliz por el que estoy muriendo.
Quise ser un peldaño para tu triunfar en nuestro andar;
No un peldaño más para tu desagradecido trepar.
LBR
“LAPIZ
ESCRIBE”
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